jueves, 26 de febrero de 2009

LOS TALLERES DE CANGALLO



Enrique Torroja, Alberto Heredia, Osvaldo Giesso, Oscar Smoje, Alejandro Cherep, Roberto Paveto, Luis Rodriguez Silva, Carlos Gorriarena y Emilio Renart.

(Escrito por Hugo Monzón, Publicado en 1980)

Ni aún compartiendo un mismo techo superan ese aislamiento, tan en boga últimamente, contrario al intercambio de ideas, a la realización de empresas en conjunto.
En la casona de Cangallo 1227, ya estrechamente ligada a la actualidad de nuestro quehacer artístico, y a puerta cerrada, en sus respectivos talleres, trabajan los pintores, dibujantes y escultores que la habitan.



Por fuera es como cualquiera de las casas viejas que abundan en ese tramo de Cangallo, entre Libertad y Talcahuano
La diferencia el letrero que en otros tiempos anuncio de la escuela de radio de un tal Rey, pero basta subir la escalera para comprobar que el inmueble está hoy afectado a otro tipo de actividades.



En realidad el cambio comenzó a producirse hace unos cuantos años atrás cuando montaron allí sucesivamente sus talleres Martiniano Arce, Pérez Celis, José Aguiar y, finalmente, Héctor Giuffre. Era la primera tanda de artistas, más tarde reemplazada por otros inquilinos plásticos suficientemente conocidos también en nuestro medio, y todas las dependencias del caserón de dos plantas -hecho construir según algún memorioso por la familia Madero- fueron consecuentemente mudando de aspecto, recibiendo los trastos y enseres de que se rodean los pintores, dibujantes, escultores, como también claro, cantidad de obras producidas antes y después de las respectivas instalaciones.


Hace tres años, Cangallo 1227, ya albergaba a un grupo bastante numeroso, bien heterogéneo además, si te tiene en cuenta la diversidad de tendencias y giros estéticos que entonces compartían el lugar: el expresionismo de Alberto Heredia, la figuración emblemática de otro escultor, Carlos de la Mota; las experiencias y planteos interdisciplinarios de Emilio Renart y Víctor Grippo; el realismo de Pablo Suarez; la abstracción libre de Kenneth Kemble; los códigos gráfico-pictóricos de Oscar Smoje.


Vuelto a renovar, aunque parcialmente, el plantel en la actualidad, sigue manteniendo aquella variedad. Las plazas de Renart, Grippo y Suárez fueron ocupadas por Alejandro Cherep, Roberto Paveto y Luis Rodríguez Silva. La casa es además frecuentada por personas que siguen algunos de los cursos de artes visuales impartidos por varios de sus moradores. De la Mota, por ejemplo, alterna sus clases en la ciudad de Mendoza con las que dicta en el taller porteño y otro tanto hace Kemble, quién atiende a un grupo de alumnos allí y a otro en la localidad de Martinez. "No he vendido nada todavía este año, contrariamente a lo que ocurrió el año pasado, pero tengo muchos alumnos y ello compensa el déficit económico", confiesa sonriente el pintor, mientras repasa su agenda de exposiciones 1980: participación en algunas colectivas, en un salón marplatense y en el Premio Tres Arroyos que organiza a la Academia Nacional de Bellas Artes.

Por el sistema del trueque:

Disponer de un lugar de trabajo amplio, apropiado, es una necesidad cada vez más difícil de satisfacer en una ciudad con acuciantes problemas habitacionales y precios en permanente ascenso. Por ello, el arreglo propuesto por el arquitecto Osvaldo Giesso resulta a todas las luces conveniente, una forma de mecenazgo bien práctico y oportuna. Giesso facilita la propiedad de Cangallo y los artistas abonan con obras el alquiler según convenios celebrados partícularmente en cada caso.


Así, Alberto Heredia pudo realizar con toda holgura esas piezas que el mes de junio último dió a conocer en Arte Nuevo, roperos, muebles, micro-ambientes, en los que ya venía trabajando desde 1979 con un enfoque intencionada y significativamente intencionada y significativamente introduce lo insólito y lo absurdo en la cosa cotidiana. El autor de del Hombre-pájaro de Embalajes, realizada en el anterior taller. "La estructura tocaba casi el techo, hubo que sacarla por la ventana -recuerda ahora- y una vez expuesta en Carmen Waugh (1972), debió estacionarse por largos años en casa de un amigo".


El espacio más privilegiado de Cangallo es dominio de Oscar Smoje, un salón que funciona como ámbito de trabajo y de enseñanza. Cómo se arreglaba el artista para realizar aquellas grandes pinturas de su primera serie de "manos", en la cúpula de Charcas y Carlos Pellegrini, es algo difícil aún de entender. Le sobra sitio ahora, para desarrollar las ideas y proyectos que tiene ya en curso de ejecución. Una de ellas consiste en llevar a la pintura las hojas de agenda que viene produciendo, y paralelamente explotar las posibilidades técnicas que las máquinas fotocopiadoras le ofrecen en el trance de organizar imágenes, establecer significados y de procesar, en fin, vastos repertorios iconográficos. Seguramente, incluirá testimonios de esas búsquedas e investigaciones en la retrospectiva que el año próximo llevará a Brasil para exponer en el Museos Assis Chateaubriand de Sao Paulo.


Su colega Torroja prepara, en cambio, una muestra de esculturas que ha de ser la primera individual de ese tipo por él presentada en Buenos Aires. "Las hice siempre fuera del país -explica el plástico geométrico conocido sobre todo como pintor entre nosotros, especialmente en Colombia donde, por otra parte, vendí casi todo lo que he llevado. Mis esculturas figuran allá en museos, fundaciones, colecciones particulares, y lo cómico es que acá no hay ninguna.

Compartimentos estancos:

La muestra de Torroja abrirá en noviembre, en galería Siglo XX, y contará en el acto inaugural con la probable asistencia de toda la gente de Cangallo, la misma que ese mes se hará presente en la apertura de una personal en Praxis de otro miembro del grupo, Gorriarena. Es que, según concluye Kemble, el sentido de grupo funciona exclusivamente en tales oportunidades y no en otras, no en otros aspectos realmente importantes , tal vez, "por la situación de exigencia que plantea lo económico".

"Podemos hablar de relación humana -comenta a su vez Gorriarena-, no de un intercambio cierto en materia artística pero, en general, esto ocurre en todo el medio plástico".
No piensa igual Giesso. El dueño de casa, propietario además del centro cultural que tiene su sede y base de operaciones en San Telmo, opina que se trata de una actitud generacional -concretamente de la generación intermedia, en gran medida motivada por un déficit institucional: "a la gente le falta una salida y están dispersos, cada uno por su lado en lugar de reunirse y defender en conjunto sus intereses".

A todo esto y al menos con notorio interés por la vida y trabajo de sus vecinos, la fracción jóven de Cangallo hizo excelente reportaje fotográfico dado a conocer el mes pasado, precisamente en el mencionado espacio cultural de San Telmo. Cherep, Paveto y Rodriguez Silva se ocuparon, por otra parte, en la instalación del propio estudio común en el cual proyectan atender distintos encargos de la colonia plástica porteña, desde alguna aislada reproducción a series completas de registros para monografías.

1 comentario:

  1. Querido Osvaldo: Por casualidad, me llegó el enlace de tu blog. Me emocioné mucho. Te cuento que estoy en Argentina(Bs As) de regreso después de vivir y trabajar 18 años en España.
    Me gustaría mucho verte y charlar.
    Te dejo mi correo: cherepfotos@gmail.com
    Espero tus noticias.Un gran abrazo!!!!
    Alejandro

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